De la fragilidad del trabajo de traducción
- franov99
- 18 mar 2022
- 2 Min. de lectura

Lo que parece lejano, tanto en tiempo como en espacio, puede estar a la vuelta de la esquina. Y lo que parece que no va contigo, o que afecta a otros, es muy probable, por no decir casi seguro, que te afecte a ti también, de una forma u otra, tarde o temprano.
Si bien esto es aplicable a cualquier ámbito de la vida, también lo es, y mucho, para el ámbito de la traducción, localización, gestión de proyectos, y prácticamente para cualquier encargo de esta índole. Y, con los nuevos acontecimientos globales que están sucediendo (hoy es la invasión rusa de Ucrania, pero ayer fue el Covid-19 y mañana podría ser cualquier otra cosa que antes creeríamos inverosímil pero que ya poco nos sorprende), la sensación de tener un trabajo o un proyecto estable es tan traicionera como deseada.
En un sector tan globalizado como el de la traducción y la localización, cualquier suceso, por remoto que parezca, puede afectarte. Sin ir más lejos, algo tan simple como una sanción económica a un país puede hacer que una empresa en otro continente tenga que despedir a la mitad de su plantilla porque el cliente no puede pagar los encargos. Y, si no perteneces a una empresa, sino que eres autónomo, puedes perder una gran fuente de ingresos. Por algo que pasa a cientos de kilómetros. O a miles. Porque, y esto es un tema aparte, siempre paga quien menos culpa tiene.
¿Qué se puede hacer al respecto? Si bien se puede evitar la falta total de ingresos o de proyectos diversificando las fuentes de los mismos, cuando se dan estas situaciones solo queda esperar, adaptarse y confiar en que llegarán tiempos mejores y más estables.
Te hace pensar :), sigue así.